Si
yo fuese un águila estaría todo el día volando sin parar cazando y
tirándome en picado pillando los 50 km/h.
Me
encantaría subir a los arboles más altos, posarme sobre sus ramas,
comer de sus frutos, pasar por las cataratas para que me cayera todo
el agua y volver a caer y subir.
Me
encantaría sentir la brisa del aire en una mañana de verano y poder
cazar alguna presa al vuelo mientras planeo a ras del agua.
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